Crecen jirones, con brotes tiernos,
que encierran los sueños de recuerdos nuevos.
Llegaste, sin previo aviso
trayendo la fuerza de cuatro primaveras
y la edad de un invierno que no tuvo otoño,
En la lumbre, puchero de penas,
que se ablandaron de noche,
en lebrillo de lagrimas viejas.