La vida ha pasado tan rápida,
que me da ansiedad vivir la que me queda.
Siempre he preferido morir a perder la vida,
oler a respirar, soñar a dormir.
Siempre he preferido reír y llorar a no sentir,
y estar a tu lado a ser tu.
Siempre he preferido sobrevivir, a vivir a ras de la vida.

Ya sé que no eres tu

El silencio: para los malhechores,El tiempo: para los fracasos-escribí hace unos días-

Cuando el tiempo rompa los silencios, resolveré mis preguntas,mientras seguiré pensando en voz alta lo que no puedo decir.

¿Tan difícil es entender que mis cosas son mías,
y que me puedo sentir como quiera, o como pueda,
sin tener que pedir disculpas por ser un alma en pena,
o por ser mas feliz que una perdiz?.
¿Tan difícil es tener un huequito para mí, donde quepan
mis fantasmas, mis alegrías, mis miedos y mis sonrisas?
Me impongo el silencio, pero me niego a dejar de sentir lo que mis palabras callan.
Este, “de sombreros y excusas” es mi huequito.

Ni regalo mis dudas,
ni cambio por nada
mi insatisfacción perpetua.
Busco y no encuentro,
y en el discurrir,
dudo y me encandilo.
No quiero encontrarte,
prefiero seguir tu rastro,
pensar que no existes
pero saber que me esperas.

Hay días que, al pasar, arañan la vida,
pasan rápido, violentos.
Otros te acarician y pasan suavemente,
no queriendo terminar,
no queriendo ser olvidados.
Pasan los días… y me encanta verlos pasar.

Y , como si nada, le ofreció cambiar el nombre,
pensó que le gustaría llamarse Manuel.
Él, con su nombre cedió sus penas
y ella aceptó.
Manuel nunca volvió a sentirse sola.

Hay nombres que no son de las personas que los llevan.

Si quieres cagarme la vida,
mi vida te espera.
Si la tengo es pa regalarla,
pero si quieres venderla...
mi vida te espera.

Paseo, sobre las huellas que dejé en el barro,
con sigilo, para no perderme.
Maldita lluvia que me arrastra a la duda,
y que me empuja a recorrer el camino
siguiendo veredas ya mojadas.
Son mis pasos…
no son puentes que llevan a ningún sitio.

Hoy en la tapa de mi yogur, en letras grandes y enmarcadas, ponía:
VALE por un momento de felicidad.
En letras pequeñas: úsese antes de que sea inevitable.

Para cuando me devuelvas el recuerdo,
yo tal vez, sólo tenga olvido.
Hoy entiendo que te lo quedes,
pero no entiendo que lo calles.
El silencio: para los malhechores,
El tiempo: para los fracasos.

La vida despertó...
y el sueño, se quedó contigo.

El bolsillo de mi vida tiene un agujerito,
no lo coso porque me gusta que la vida se escape.