Tienen alas sólo los que no saben volar, bueno...y sombrero...y excusas.
domingo, 19 de abril de 2009
Y , como si nada, le ofreció cambiar el nombre, pensó que le gustaría llamarse Manuel. Él, con su nombre cedió sus penas y ella aceptó. Manuel nunca volvió a sentirse sola.
Hay nombres que no son de las personas que los llevan.
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