sábado, 5 de julio de 2008

Algo ocurre?

Algo ocurre, de eso no cabe duda, pero el que es?
Cuando te conocí tenia las alas entumecidas, no sabía volar, tan solo aleteaba torpemente y sin control.
Fueron tus manos las que como el polvo que campanilla esparcía sobre Peter Pan, me hicieron volar y fue tu sonrisa el paracaídas que me quito el miedo. Yo…libre como el viento volé a tu lado y recreando mil caídas dibujamos con tiza el cielo para que los niños desde el suelo jugaran, en la simpleza de sus tardes tranquilas, a adivinar las figuras que inventábamos.
Luego las alas empezaron a pesar a tu lado y cuando alzábamos el vuelo parecíamos el Barón Rojo y Roy Brown, buscando cumplir una extraña misión donde solo podía quedar uno y así vuelo tras vuelo comenzamos a huir para buscar en el regreso un disparo certero.
Nadie ha volado tan alto, nadie tan bello, nadie tan feliz, no éramos aviadores ni nunca necesitamos de las alas para volar tan alto.
Hoy pienso, que aunque nuestros aviones cayeron abatidos, ¿no sería posible desentumecer las alas llenarlas de sonrisas y volar por última vez hasta que la vida se acabe a nuestros pies?

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